El Magic Keyboard es el componente de hardware que faltaba para lograr que el iPad Pro sea la máquina de productividad que muchos hemos soñado
No es un accesorio, es mucho más
que eso. Es el inicio de un gran cambio que hará que cumplirá muchas de las
promesas de la tablet de Apple.
Tengo la convicción de que una de
las mayores aportaciones que ha hecho Apple en bastante tiempo es el dotar de
soporte de ratón/trackpad a un buen número de modelos de iPad lanzados en los
últimos años, cambiando por completo un dispositivo que antes era solo táctil y
que ahora puede funcionar como un portátil.
Eso tiene un impacto muy grande
para muchas personas que no tienen la posibilidad de comprar varios
dispositivos y que tienen que arreglarse la vida con solo uno. El iPad que ya
tenían en su casa desde hace meses o tal vez años, de golpe se convierte en un
dispositivo mucho más productivo que se "transforma" según demande la
necesidad.
Las teclas usan el mecanismo de
tijera otro dispositivo más que abandona
la fallida adopción del mecanismo de mariposa, con retroalimentación y el
trackpad aunque no tiene el mismo tamaño de que los MacBooks es lo
suficientemente grande y se puede hacer clic en cualquier parte de la
superficie.
El Magic Keyboard tiene que
luchar en contra de la física y en contra de nuestras preconcepciones: estamos
acostumbrados a portátiles en que la mayoría del peso se encuentra en la
sección horizontal, es el componente más grueso y la pantalla es lo liviano y
delgado, cada vez más delgado.
Cuando se usa el iPad como un
portátil, lo más pesado está en en la sección vertical. Eso causa un desbalance
que debe ser compensado de alguna forma. Apple lo solucionó de dos maneras.
Los imanes que acoplan el Magic Keyboard
al iPad son muy potentes.
Al Magic Keyboard no le queda
otra que ser pesado.
De hecho es ligeramente más
pesado que el iPad Pro. Eso echará para atrás a muchas personas porque la
combinación de ambos componentes es mayor que un MacBook Air, por ejemplo.
También, al principio, echa para
atrás el que no puedas "abrirlo" como cualquier MacBook, en donde
solo hace falta un dedo para levantar la tapa y empezar a trabajar.
Eso no aplica en este caso porque
"la tapa" es muy pesada y el Magic Keyboard no tiene una sino dos
bisagras. Es necesario que sea así para crear el efecto que la tablet flota y
para permitir "inclinar la punta" al ángulo deseado.
Después de semanas de uso he
entendido que el Magic Keyboard, al menos esta generación, no está diseñado
para ser una funda que siempre está acoplada al iPad Pro, sino como una base
que se usa cuando quieres trabajar en tareas donde se necesite mucho el teclado
y el trackpad.
Lo que parecía una desventaja causado
por preconcepciones del uso de dispositivos previos termina siendo lo que hace que el Magic
Keyboard sea tan efectivo: puedo elegir el ángulo que yo quiera y puedo usarlo
sobre mis piernas sin que se tambalee, con total estabilidad, por primera vez
con este dispositivo.
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