Qué es la computación cuántica
Una de las primeras cosas que debes olvidar para comprender la computación cuántica es el funcionamiento de los ordenadores actuales. La computación cuántica deja a un lado los sistemas lógicos empleados por los sistemas informáticos actuales y utilizan el modelo de los estados del átomo para realizar sus procesos.
Los dispositivos y ordenadores convencionales, como el que probablemente estés utilizando para leer este artículo, resumen toda la información que procesan a lenguaje binario, es decir, que solo utilizan dos estados para los datos: 0 ó 1.
Como si de un interruptor se tratara, los bits solo pueden estar encendidos o apagados. Toda la información en la computación actual se resume en una secuencia de ceros y unos, o encendido o apagado.
Los átomos tienen sus propias leyes
En cambio, los átomos tienen una curiosa cualidad, que es precisamente una de las propiedades que hacen increíble la computación cuántica. Esta cualidad es la superposición.
La superposición del átomo consiste en que un átomo puede adoptar un estado de 0 y de 1, pero además puede adoptar ambos estados al mismo tiempo. Estos ordenadores cuánticos son capaces de probar, al mismo tiempo, todas las posibilidades que existen para la solución concreta de un problema, en lugar de probar todas las posibilidades una tras otra como se realizan actualmente.
Este cambio en el paradigma de la computación supone un enorme salto adelante en la potencia de computación, que permitirían realizar cálculos complejos que actualmente son inalcanzables incluso para los superordenadores.
¿Cómo son de rápidos los ordenadores cuánticos?
La potencia de los ordenadores cuánticos, al igual que la de los ordenadores convencionales, se mide en unidades de procesamiento, que no son más que átomos individuales. En el caso de los ordenadores cuánticos, se mide en bits cuánticos o qubits. A mayor cantidad de qubits, más rápido funcionan.
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