Machine Learning, aprendizaje automático
Una de las claves de la Inteligencia Artificial avanzada está en el aprendizaje. Es cada vez más habitual que les pidamos a las máquinas que aprendan por sí solas. No podemos permitirnos el lujo de pre-programar reglas para lidiar con las infinitas combinaciones de datos de entrada y situaciones que aparecen en el mundo real.
Hoy en día el aprendizaje automático está más que nunca al alcance de cualquier programador. Para experimentar con estos servicios tenemos plataformas como IBM Watson Developer Cloud, Amazon Machine Learning, Azure Machine Learning,TensorFlow o BigML.
Entender los algoritmos de aprendizaje es fácil si nos fijamos en cómo aprendemos nosotros mismos desde niños. El aprendizaje por refuerzo engloba un grupo de técnicas de aprendizaje automático que a menudo usamos en los sistemas artificiales. En estos sistemas, al igual que en los niños, las conductas que se premian tienden a aumentar su probabilidad de ocurrencia, mientras que las conductas que se castigan tienden a desaparecer.
Este tipo de enfoques se denominan aprendizaje supervisado, pues requiere de la intervención de los humanos para indicar qué está bien y qué está mal (es decir, para proporcional el refuerzo). En muchas otras aplicaciones de la computación cognitiva los humanos, aparte del refuerzo, también proporcionan parte de la semántica necesaria para que los algoritmos aprendan. Por ejemplo, en el caso de un software que debe aprender a diferenciar los diferentes tipos de documentos que recibe una oficina, son los humanos los que inicialmente han de etiquetar un conjunto significativo de ejemplos para que posteriormente la máquina pueda aprender.
Es decir, los humanos son lo que inicialmente saben realmente si un documento es una queja, una instancia, una reclamación, una solicitud de registro, una petición de cambio, etc. Una vez que los algoritmos cuentan con un conjunto de entrenamiento proporcionado por los humanos, entonces son capaces de generalizar y empezar a clasificar documentos de forma automática sin intervención humana.
En la actualidad son estas restricciones o limitaciones de entrenamiento de los algoritmos las que en buena medida limitan su potencia, pues se requieren buenos conjuntos de datos de entrenamiento (a menudo, etiquetados de forma manual por humanos) para que los algoritmos aprendan de forma efectiva. En el ámbito de la visión artificial, para que los algoritmos aprendan a detectar objetos en las imágenes de forma automática han de entrenarse previamente con un buen conjunto de imágenes etiquetadas, como por ejemplo Microsoft COCO.
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